jueves, enero 14, 2010

No sé por qué mierda está de moda enamorarse de las putas


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-Comprendo. No debo volver a verte.


No quería irme, no quería terminar de esta forma; pero el cuarto se había convertido de manera insólita en una pequeñísima habitación, donde apenas podían respirar dos almas. Las paredes parecían encogerse de hombros cuando intentaba dar la vuelta y las luces se hacían cada vez más y más distantes a mis ojos hundidos. No quería irme, pero algo tenía que pasar: o era yo que se iba o ella la que miraba a un lado y terminaba de ignorar mi presencia por completo. Comencé a ver lo incierto que se ponía el desenlace, pero al final sabía que tenía que ceder. No me di cuenta cuando dejé la puerta abierta al salir; no noté, que sobre el rincón, donde llevaba desierto su nombre, se fundieron mil palabras incandescentes que nunca terminaban de quemar mi pecho enfermo de tanto respirarle. Pero ese patetismo inútil de último momento siempre me llevaba la delantera. Podía verme estático ante la puerta.


Dios no me permitía volver; me veía a mi mismo como a un criminal, como a una serenata de marineros ebrios y semidesnudos en una iglesia, como una flor de lis deshojada y muerta: toda una blasfemia viva de sangre. Nunca terminaría de caminar ese callejón en el que se encerró mi alma de criminal. Nunca más podría ver la luz en medio de las tinieblas.


- no sé, por qué mierda está de moda enamorarse de las putas. No sé… nunca me lo imaginé. Quizás los amantes nunca recibieron más amor que entre esas piernas que no se cansan mientras haya algún fantasma errante que desee y tenga suficiente dinero para poder retozar entre esos diamantes malignos. Malditos de mierda los escritores, Cortazar, Borges… que mierda era ese Nobel… ese, sí… el de las putas… No entiendo como mierda… Si su tristeza no sirve de nada, si son sólo diamantes o piernas purulentas, amarillas sabanas y húmedos amaneceres sabor a tragedia de esperma. No creo que nunca se hayan cogido a una puta y hayan deseado enamorarse de ellas; como ese pobre pelotudo de la película de mierda esa de ”El lado oscuro del corazón”, saben volar las moscas, las putas lo hacen por que no tienen de otra. Pero no… ese pobre imbécil de mierda que cree que la felicidad se encuentra sólo en medio del sufrimiento, agonía, y poesía viva hecha entrepierna. Si las putas son putas y los hombres son hombres, ¿No sería mejor dejarlo en el acuerdo comercial de siempre? No sé que mierda tienen para dar esperanza a esas mujeres que saben donde mierda se han metido y saben donde mierda van a terminar. Pero terminaran sin duda mejor que esos poetillas de mierda que se abalanzan a las pasiones sin compasión en afán de aprender, pobres diablos que no saben donde mierda meten las narices y mucho peor las vergas. –entonces arrojé la botella que tenía en la mano derecha, ya vacía tantas bocas que amamantar- Buscar una mujer que sea un martir para satisfacer sus necesidades de mierda que tienen esos Hombre poeta guerro inguenuo soldado perro mujeriego estrella marica enfermo cabezón puto.


No sabía como partir, la verdad nunca supe como partir. Afuera sólo me espera una interminable noche de velas destrozadas y corazones apagados. Y sólo así sucumbí a al fatalismo de un mundo en pena.