viernes, octubre 22, 2010

Las mujeres que amamos


  Llamaron, llamaron a la puerta y yo desperté.
Era muy temprano todavía.
La madrugada de esa mañana de enero era lluviosa y desde la profundidad de los sueños parecía el visitante a llamar a mí puerta esa fría madrugada de enero.  a través demi venta podía ver las formas oscuras tambaleantes y borrosas que me buscaban, podía oler el aire frío y sentir en la piel cómo se iba el calor del sueño.
Me levanté. segía latiendo mi corazón en la cabeza; sentía la violencia de la mano extraña al estrellarse sobre mi puerta; sentía...

- ¡Nacho! ¡abrí Nacho!

No sé cuanto timepo me quedé en la cama, pero sé que no paraban de llamar a la puerta; al igual que el teléfono celular no dejaba de sonar. por un segundo me quede viendo el techo y el ventilador inmovil y entre los gritos y los golpes y el celular esuché  el canto de un ave distante, distante de mí y de todo ese alboroto de madrugada.
Contesté el celular porque no quería salir de la cama.
- ¡Nacho de mierda! se murió! -sollozaba entre gritos una voz de mujer invadida por la pena, la rabia y la impotencia- ¡Esa perra mladita! ¡Ella tiene la culpa! ...
Su voz se iba extinguiendo junto con los sonidos extraños y poco a poco sólo quedó el canto lejano del ave distante. No pronuncié palabra alguna, mi corazón se oprimió y la pena comenzó a cabar profundo dentro de mi ser.
Las lágrimas brotaban lentmente sobre mis mejillas. Nunca me dijo quien había muerto.
Yo ya lo sabía.
Abrí la puerta, Janisse estaba aurrucada llorando con el celular pegado al rostro.
Se paró y nos abrazamos; no importaban las manchas de los calzoncillos, o la mugre acumulada en los días de encierro.
Una ducha, una afeitada, cepillarse los dientes, el mejor traje, los mejores zapatos.
Estaba listo para el entierro de mi mejor amigo.

La madre de Baddir nunca me había tomado aprecio, y sabía que las cosas no serían muy distintas hoy.
- Baddir en verdad amaba. - dije por fín en medio de tanto desastre.
Gente que lo quería, gente que no lo queria y muchas otras personas vestidas todas de negro; unas riendo, otras llorando... todos ella.
El entierro fue rápido.
Llovía.
La hermana de Baddir salió de entre la masa negra de los dolientes, me acerqué a abrazarla. temblaba en mis brazos y sus ojos rojos que ya no podían llorar por la pena que cortaba su sonrisa y sus labios.
Mordiéndose los labios, me dio una carta y se laejó para siempre.
Carta que ahora, cuando por fin sale el sol, tengo el valor de leer.
............
Era extraño verla bailar de esa forma.
La luz de la fogata iluminaba placidamente su rostro de luz anaranjada con fulgores amarillos que se perdian en sus ojos hundidos por el alcohol. Yo la miraba desde atras de la gente que cantaba alegre y aplaudia; gente inconciente, sin zapatos ni cabeza con la cual caer.
Janisse siempre quiso a los chicos más "lindos" y casi simepre los conseguía. No le importaba que seas vos el que le pague las entradas al cine, a los conciertos, al teatro y para irse a joder con otro. iempre renegaba de tener que pagar sus cuentas...  En fín, siempre encontró alguien que la queria o que la queria por el momento. Sus ojos... era extraño verla mucho rato a los ojos, una vez me fui a la mierda. Parecía bailar de solo verla, se sentia flotar y se sentia matar el sol...        
Cilad era igual, pero más linda. Bueno eso creo. No sé mucho de ella, sólo se que todavía me estremezco cuando dice hola, que me hace sentir de una manera extraña.
Yo la odio por eso.
la lejania de sus sonrisas, ambas sonrisas, se hacen menos claras con el paso de los tragos y con el baile de los cigarrillos. Mala suerte para nosotros ya que siempre se enredan en las piernas de alguien más.
Sonrisas inconcientes, sonrisas extrañas...
Juran andar buscando el amor verdadero pero parece que sólo buscaran un lugar donde ocultar su trsiteza. Un amor donde cobijarse unas horas, una boca en la cual poder dejar su miseria flor de cariño despreciado; nunca saben hacia donde fluyen. Sólo saben que deben llegar hasta el reino de los cielos.
Cilad... Yo la veo como si su voz y sus manos fueran pedazos de cielo adormecido de noche, lugares sagrados... cabellos dignos de resguardar la luna y ojos humedos, delicados... perdidos de color y formas extrañas . Quisiera recordar siempre cómo sus manos dibujaban las cosas que mis ojos no creían... cosas que no creo... cosas  que definitivamente nunca voy a creer, pero que nacen exquisitas de sus manos.
No sé vos, no sé mucho por vos. Pero lo que vi en Janisse es que tiene algo chiquito y lindo que intenta nacer de ella. Pero que nunca nace. algo quei intenta sacar pero muere al salir o regresa dentro de ella.
Desesperados esperamos algun día ver como es que nos entregan su cariño. Mientras tanto vemos brazos que se extienden hacia lo más bello para nosotros, lo tomaban, lo estrujaban y terminaban arrojandolas con dinero para el taxi.
Siempre lastima  estar borracho donde las cosas se rompen.


Nacho, las mujeres que amamos…

No existen.
***

Janisse no estaba ahí conmigo en ese lugar desierto, donde sólo el atardecer era mi compañía, tenía planes.
Encendí un cigarrillo, temblaban las manos.
Y fue en ese momento, cuando sentí toda la desesperanza del mundo y dentro de mi garganta; cuando final mente pude sacar ese sentimiento que abrumaba mi mundo, mundo que gira y gira a mi alrededor  y que no me permitía descanzar.
Sentía la violencia desangrar en mis manos, mientras terminaba con la maldita perra.






no tenía miedo a morir. Tenía miedo de quedarse sólo para siempre,  después de ese momento.


lunes, octubre 18, 2010

Acceptance speech



e supone que el acceptance speech debía comenzar hace una hora. La gente se impacienta, se calla.
Unos miran a un lado.
Otros cuchichean  e intercambian chismes.

Comenzar siempre cuesta, cuando sientes que has perdido la lengua por haber  gastado las palabras después de tanto, tanto  tiempo sin pronunciarlas.  


Me quedé mudo en un mundo  lleno de groserías y leyes antirracismo.


No sé donde comenzar a dar las gracias;  ¡ay que son tantas las cosas que agradecer!
Quisiera a gradecer a todas las hormigas rojas que me picaron las piernas este año, sin ellas –sin lugar dudas-  no hubiese aprendido lo que es caminar con templanza y con paciencia. A los caminos largos  de tierra y a los gobernadores de mi nación que los dejaron así desde la época de los incas. A la tierra negra que produce tanta cosa  para comer. Suficiente como para no quejarse de hambre en el campo y en la ciudad. 

Quiero dar especialmente las gracias a toda esta gente que intenta callar  todas las voces de todos los tiempos y a todo el ruido de toda  una nación que no nace y no muere. Sin ellos, después de todo, sólo seríamos otro paisito de tercer mundo que colonizar, denuevo y otra vez y una más y otra más...


Dios tiene  la cara pálida.




Y las cosas siempre dejan de ser como cuando eramos jóvenes, libres... si es que alguna vez en verdad lo fuimos.



miércoles, octubre 06, 2010

Abre los ojos



Creo que las cosas que pienso, muchas veces son mentira.




No lo sé.  Me siento mareado y confundido por todas las cosas que respiro, el aire sale y vuelve. El humo se estanca y nunca saldra sin nosotros muertos.  Digo nosotros… somos todos en mi cuerpo, cuerpo vivo de violencia y musica. Las cosas que quisiera siempre han estado ahí. Nunca se han movido  ni olvidado.

Las veo de lejos, las veo y me veo a mi mismo.

Te odio

Parado el la lejania , muy atrás de la gente que grita por pan y por libertad. 



Los que dicen ser libres están atados por las manos, nunca lo ven, nunca lo sienten.

No pueden.



No ven.

No quiero nada de ti

No nada.

No me interesa

Yo, no recuerdo el ayer.

Quiero saber lo que me sucede ahora.

No me importa el mañana.





No lo sé…  muchas veces que me leo, leo mentiras.


El cielo se abre en mi, me muestran la salida.