Habían sucedido varias cosas desde la caída de la noche.
Un gallo se paró y logro cantar tres veces, antes de ser degollado.
Amanecía, y se disiparon los últimos segmentos de penumbra.
Ahí nació un niño o niña, nadie podía saberlo.
No tenía ojos, ni piernas, ni siquiera piel, tampoco nombre, pero nació.
Una manchita de sangre en el vestido de una mujer.
Un poco de espuma en la boca, un ligero olor a humo.
Hubiese querido verla, y no era así, la misma mañana acabo su vida y nada más.
La veo a menudo, pero ya no es lo mismo.
Un gallo se paró y logro cantar tres veces, antes de ser degollado.
Amanecía, y se disiparon los últimos segmentos de penumbra.
Ahí nació un niño o niña, nadie podía saberlo.
No tenía ojos, ni piernas, ni siquiera piel, tampoco nombre, pero nació.
Una manchita de sangre en el vestido de una mujer.
Un poco de espuma en la boca, un ligero olor a humo.
Hubiese querido verla, y no era así, la misma mañana acabo su vida y nada más.
La veo a menudo, pero ya no es lo mismo.