Lo que más recuerdo del verano, sin duda es la lluvia. Soy muy feliz viendo como cae la lluvia, sobre todo por la época navideña, uno puede ver días enteros que la lluvia cubre todo en medio de una atmosfera que completa el círculo ese en el que vivimos lo sucrenses, eso y la increíble indiferencia de la gente.
Uno les mira ahí, comiendo del suelo, buscando alguna basura que se pueda mascar sin importar su putrefacción, buscando un lugar donde dormir, sin importar mucho la humedad, a pesar que a veces es importante mantener los pies secos, pero como a veces no se puede…
Y bueno, ¿no? Uno no les mira sintiendo pena, son sólo las flores de un cuadro de algún pintor local, al que la falta de inspiración le hizo salir a la calle y empezar a buscar alguien que te tenga ese “soy un miserable que me como lo que me tires, pero es mejor si es una monedita” y les pinta… no soy critico de arte, pero verdad esas cositas rusticas no me gustan mucho y por aquí lo hacen mucho.
Y eran sólo flores no…
Pero ese no es el tema, no, ya no volveré a salir del tema, la increíble indiferencia… a pesar de que eso me aburre, eso no es la ciudad en si, es parte de la personalidad de la ciudad.
Lo que importa en este tema entonces es que… ¡oh sí! La hermosa lluvia que tanto me gusta de la época navideña, ¡es tan linda!
Uno puede pasearse por calles vacías de gente que reza o baila en los nacimientos, se les ve a través de las ventanas, y buscar su reflejo en los charcos –muy grandes a veces, casi siempre muy pequeños para buscarse- ¡y si es noche ya es mucho mejor!
Verán que en las noches se respira mejor, el aire es muy fresco y los grandes arboles que están por toda la ciudad, perfuman el ambiente con sus agradables colores verdes, rojos, morados, pero más que todo verdes, que se ven algo anaranjados por las luces de mercurio del centro… Si uno tiene suerte, no hay muchos automóviles pasando, pero de no ser así los conductores sin dudarlo –y digo sin dudarlo por que no creo que piensen- te mojan sin consideración alguna –una vieja cargando un bebé se moja igual que yo- no obstante la noche sigue siendo preferible a el día, y bueno si sigue lloviendo te lavas un poco lo que te puso el auto encima y no se notan las manchas de barro negro que sin duda a acabado jodiendo una de tus prendas favoritas, pero ¡Ánimo! ¡En la noche no se nota! ¡Por eso es mejor salir en la noche!
Y… ves gente que camina a tu alrededor y... Nada, por más sucio estés, no te dicen nada y si es un amigo tuyo el que te ve, espera a que te vayas para que no te sientas mal.
Pero si recuerdo algo más es que dije “navidad” y los ejemplos de la gente que hace una u otra cosa, se dan en navidad, así que diré algo que creí no me importaría compartir hoy.
En mis veintiún años de vida, es la primera navidad que tengo que estar sin mi padre. Creí que no me aportaría decirlo pero sí me importa, el llegaba y nos miraba y nos decía que éramos buenos, y la lata esa de que lindo hijos… y ahora no tengo a mi viejo para que diga nada de eso.
Está lloviendo.
Debería sentirme dichoso, pero sólo siento pena.
Té para tres, Gustavo Cerati
a veces hay que tener claro el camino.