Remolinos negros y luces amarillas intermitentes templadas a punta de lanza, tractores, caminos, luces y árboles recibir tiempo.
La luna, es un hilo de espejo triturado en mis recuerdos, duele el vidrio hecho polvo y brilla tanto…
Como si ser luz fuese todo… y sobre mi pecho se disuelve la luz en la carne y sangre que se diluyen hasta lo más profundo y horroroso: la angustia vestida hombre.
Revuelo de aves mezcladas en medias locuras blancas y verdes.
- Me muerdo las manos no las siento, mas siento las cosas -como la pena el color rojo y negro rodeando mi cabeza- y creo, quiero creer, no me animo a creer, no creo, absolutamente no creo sentir la lluvia. Pero si siento el deseo de perder la cordura a fin de revolver el cielo o infierno con mis encuestas de popularidad.
- Pobre diablo
- A eso hasta se le diría ser cool.
- ¿Qué? ¿Embarazar a tus amigas?
Con todo el ocaso en la garganta, y la cara de etc.
Seguramente el color no importa mucho mientras duermes, blanco y negro o tecnicolor.
Me revuelvo en mi bolsillo.
- Atormentado por que siempre pienso en lo bello y en las cosas que no lo son. Creo que varias veces, rara vez, muy pocas, casi nunca, nunca he visto el atardecer con esa manillita que colgaba de mi mano izquierda que no acepta regalos.
Magnetismo encarnado en humanidad fragilizada, cristalizada, conservada en gel o en medio de una mermelada agridulce, magnetismo oscuro a los atardeceres robustos de piel.
Polux se enfermó de soñar media hora y revisó su correo electrónico.
Nada nuevo, conversaciones nuevas, la sabiduría del pueblo:
- Es genial que algo te quiera sin importar nada. Es casi perfecto si no mordiera por diversión…
- Oh y las pilas…
- Sí las pilas, como olvidar ese rinconcito que nunca conocemos ni vemos peor ahí esta siempre para agarrarlo por los sueños.
- recibes lo que das ¿no? si te bajan dos golpes de un diente da lo mismo como si fuese de uno a dos.