sábado, marzo 08, 2008

Una nube para la señorita que lleva trencitos y animalitos en el cuello







La mañana se dibujaba tibia para las aves y como la lluvia no estaba presente en ese momento, decidí desaparecer.



Es algo que se decide así como se decide nacer, no se tiene la menor idea, ya que a veces es para mí el día tan oscuro para estar despierto y a veces tan claro para dormir.


Hasta que la penumbra nos despierte.


O hasta que marzo termine.

Adiós.