jueves, marzo 23, 2017

Amargado

Si nunca hubo forma de convencerme
el azul que nace
a mi mismo que he vivido enfermo
de la carne macerada
todo es tiempo
entre todos los gusanos
Cuando la luz del día llega a mi rostro
devoramos el tiempo
sólo siento que quiero gritar
lo que queda entre los dedos
me quema
que suena mal
me daña
me quiero quemar
no quiero sentir nada
que quiere y sueña
sólo encerrarme en un lugar donde no llegue y poder respirar
yo vengo de donde no existe
una vez
el tiempo
dos veces
el sonido
tres veces
y el momento
nos compraron con dos promesas

miércoles, mayo 18, 2011

Cuando amenaza la lluvia




Era tan gay de joven… cada vez que me leo en el pasado no me reconozco tanto escribirle a esa maldita mierda llamada amor. Pareciera que la lluvia amenazara con caer sobre mi cabeza sin dejar de besar … ¿besar que? Recuerdo algunos colores vagos que se perdían de mi boca a la boca de la lluvia cuando no amenazaba. No recuerdo nada. No quiero recordar nada, no quiero leerme pasado.

martes, abril 19, 2011

No sé si llegará el miedo
















Soy cosas… pero las cosas… siempre las cosas que pasan en la vida, que están presentes en la vida.
No sabía leer hasta hace unos años, no sabía escribir y tampoco escuchar.
Luego los lápices lo hicieron por mí. Supongo que es sólo cuestión de sensación.

martes, noviembre 09, 2010

Madame Dragonfly (no Butterfly)

 

La vi volando desnuda entre los arbustos espesos de las tierras altas de Cian. Nunca pude oír su voz apacible, su sonrisa distraída o sus manos entre sus cabellos.
Era lejana, lejana como las palomas que vuelan ansiando la luz del sol, lejana como los rayos que brotaban de entre las nubes oscurecidas por el agua triste que caía vestida de lluvia sobre los hombros   indiferentes, hombros con sueño, lejanos, tardíos…
Oscurecido me levanté esa mañana triste. Perdido entre los sonidos distantes de mi antigua vida, escuchaba  y no lo hacía; veía y no veía; leía y no entendía; decidí hundirme en lo profundo, en lo indefinido.
Nadie podía verme en las tierras de Cian.
Los ciervos de Noah nunca se sintieron intimidados  al verme. Era un árbol, una rana, un pez, una piedra, una mujer campesina. Un cuerpo con sangre y carne.
Difícilmente las palabras dibujaban mis deseos, difícilmente las cosas eran verdad…  eso fue a un principio. Poco a poco desde la profundidad de Cian logré redescubrir mis manos, mis labios y mi mente.  Un nuevo pensamiento se formaba y poco a poco iba mutando con el viento y con los aromas nuevos.
Todo era nuevo en Cian.
Oscurecido me levantaba día tras día. Pronto encontré nuevamente la luz.
Redefiní mi idea de vida y de muerte.
Hasta que la vi volando.
En medio de las nubes pesadas de lluvia, sobre nenúfares de Mira rojos, sus manos se elevaban hacia su rostro, las movía y las dejaba flotar sobre las sombras de las aguas.
Como reconocer sin que se destruya todo lo que me queda de orgullo que quise alcanzarla, como reconocer que quise tocarla con mis letras, con mis nuevas  manos, con mis nuevos pensamientos… intenté pero sólo supo huir de Cian.

No podía definir el tiempo con precisión, pero pasaron muchos años, quizás no.

Amanecí oscuro.

Y me dejé caer por la distancia, sin rumbo, sin saliva.

Y la vi.
Lejana como siempre, la dejé sólo a un lado de mi vida imposible.

-  Escribo con los dedos que me quedan. Ceder a la debilidad no es algo tan malo, a veces me gusta resbalar en mis viejos recuerdos y es cuando descubro que no sé a quién escribir... -Un  corto silencio absurdo se dibujó en la distancia que se formaba entre Dragonfly y yo- Eso es tuyo. Me gusta que sea así. Cuando la voz se corta al ver nuevamente en mi garganta vacía sin ti, cuando a veces me muero en tristeza, cuando a veces no quiero vivir.
Quizás es el sonido de  su sonrisa distraída el que detiene mis sueños, quizás sea ese sonido, quizás sea ese sonido…
Creí que podría verla brillar pero ahora estoy seguro de que no debo encontrarla nuevamente en mí.
Dentro de Cian.

miércoles, noviembre 03, 2010

¿Por qué leemos?



Lo sé, es estúpido como leer las cosas que acabo de escribir. Porque simplemente leemos lo que se puede leer, ya sea para entender las materias o para poder escuchar a una persona que no está cerca o alguien que quería simplemente decir: mierda o culpable.

De todas formas siento que quiero leer algo extraño que nace de mí...

Nunca te quise de verdad
caes muerta al estómago rozando
sabías que te miraba
rozando las entrañas
como si fueses momentos malos
espero y veo que las lágrimas nunca brotaron de mis ojos
eran los tuyos
los mundos distantes
que seguías viviendo, que seguías soñando
y vos...
siempre vos, en mundos aparte
vos desnuda
vos amarrada
voz cansada.

Como antes las flores de mi boca se marchitan 



En mundos distantes

viernes, octubre 22, 2010

Las mujeres que amamos


  Llamaron, llamaron a la puerta y yo desperté.
Era muy temprano todavía.
La madrugada de esa mañana de enero era lluviosa y desde la profundidad de los sueños parecía el visitante a llamar a mí puerta esa fría madrugada de enero.  a través demi venta podía ver las formas oscuras tambaleantes y borrosas que me buscaban, podía oler el aire frío y sentir en la piel cómo se iba el calor del sueño.
Me levanté. segía latiendo mi corazón en la cabeza; sentía la violencia de la mano extraña al estrellarse sobre mi puerta; sentía...

- ¡Nacho! ¡abrí Nacho!

No sé cuanto timepo me quedé en la cama, pero sé que no paraban de llamar a la puerta; al igual que el teléfono celular no dejaba de sonar. por un segundo me quede viendo el techo y el ventilador inmovil y entre los gritos y los golpes y el celular esuché  el canto de un ave distante, distante de mí y de todo ese alboroto de madrugada.
Contesté el celular porque no quería salir de la cama.
- ¡Nacho de mierda! se murió! -sollozaba entre gritos una voz de mujer invadida por la pena, la rabia y la impotencia- ¡Esa perra mladita! ¡Ella tiene la culpa! ...
Su voz se iba extinguiendo junto con los sonidos extraños y poco a poco sólo quedó el canto lejano del ave distante. No pronuncié palabra alguna, mi corazón se oprimió y la pena comenzó a cabar profundo dentro de mi ser.
Las lágrimas brotaban lentmente sobre mis mejillas. Nunca me dijo quien había muerto.
Yo ya lo sabía.
Abrí la puerta, Janisse estaba aurrucada llorando con el celular pegado al rostro.
Se paró y nos abrazamos; no importaban las manchas de los calzoncillos, o la mugre acumulada en los días de encierro.
Una ducha, una afeitada, cepillarse los dientes, el mejor traje, los mejores zapatos.
Estaba listo para el entierro de mi mejor amigo.

La madre de Baddir nunca me había tomado aprecio, y sabía que las cosas no serían muy distintas hoy.
- Baddir en verdad amaba. - dije por fín en medio de tanto desastre.
Gente que lo quería, gente que no lo queria y muchas otras personas vestidas todas de negro; unas riendo, otras llorando... todos ella.
El entierro fue rápido.
Llovía.
La hermana de Baddir salió de entre la masa negra de los dolientes, me acerqué a abrazarla. temblaba en mis brazos y sus ojos rojos que ya no podían llorar por la pena que cortaba su sonrisa y sus labios.
Mordiéndose los labios, me dio una carta y se laejó para siempre.
Carta que ahora, cuando por fin sale el sol, tengo el valor de leer.
............
Era extraño verla bailar de esa forma.
La luz de la fogata iluminaba placidamente su rostro de luz anaranjada con fulgores amarillos que se perdian en sus ojos hundidos por el alcohol. Yo la miraba desde atras de la gente que cantaba alegre y aplaudia; gente inconciente, sin zapatos ni cabeza con la cual caer.
Janisse siempre quiso a los chicos más "lindos" y casi simepre los conseguía. No le importaba que seas vos el que le pague las entradas al cine, a los conciertos, al teatro y para irse a joder con otro. iempre renegaba de tener que pagar sus cuentas...  En fín, siempre encontró alguien que la queria o que la queria por el momento. Sus ojos... era extraño verla mucho rato a los ojos, una vez me fui a la mierda. Parecía bailar de solo verla, se sentia flotar y se sentia matar el sol...        
Cilad era igual, pero más linda. Bueno eso creo. No sé mucho de ella, sólo se que todavía me estremezco cuando dice hola, que me hace sentir de una manera extraña.
Yo la odio por eso.
la lejania de sus sonrisas, ambas sonrisas, se hacen menos claras con el paso de los tragos y con el baile de los cigarrillos. Mala suerte para nosotros ya que siempre se enredan en las piernas de alguien más.
Sonrisas inconcientes, sonrisas extrañas...
Juran andar buscando el amor verdadero pero parece que sólo buscaran un lugar donde ocultar su trsiteza. Un amor donde cobijarse unas horas, una boca en la cual poder dejar su miseria flor de cariño despreciado; nunca saben hacia donde fluyen. Sólo saben que deben llegar hasta el reino de los cielos.
Cilad... Yo la veo como si su voz y sus manos fueran pedazos de cielo adormecido de noche, lugares sagrados... cabellos dignos de resguardar la luna y ojos humedos, delicados... perdidos de color y formas extrañas . Quisiera recordar siempre cómo sus manos dibujaban las cosas que mis ojos no creían... cosas que no creo... cosas  que definitivamente nunca voy a creer, pero que nacen exquisitas de sus manos.
No sé vos, no sé mucho por vos. Pero lo que vi en Janisse es que tiene algo chiquito y lindo que intenta nacer de ella. Pero que nunca nace. algo quei intenta sacar pero muere al salir o regresa dentro de ella.
Desesperados esperamos algun día ver como es que nos entregan su cariño. Mientras tanto vemos brazos que se extienden hacia lo más bello para nosotros, lo tomaban, lo estrujaban y terminaban arrojandolas con dinero para el taxi.
Siempre lastima  estar borracho donde las cosas se rompen.


Nacho, las mujeres que amamos…

No existen.
***

Janisse no estaba ahí conmigo en ese lugar desierto, donde sólo el atardecer era mi compañía, tenía planes.
Encendí un cigarrillo, temblaban las manos.
Y fue en ese momento, cuando sentí toda la desesperanza del mundo y dentro de mi garganta; cuando final mente pude sacar ese sentimiento que abrumaba mi mundo, mundo que gira y gira a mi alrededor  y que no me permitía descanzar.
Sentía la violencia desangrar en mis manos, mientras terminaba con la maldita perra.






no tenía miedo a morir. Tenía miedo de quedarse sólo para siempre,  después de ese momento.


lunes, octubre 18, 2010

Acceptance speech



e supone que el acceptance speech debía comenzar hace una hora. La gente se impacienta, se calla.
Unos miran a un lado.
Otros cuchichean  e intercambian chismes.

Comenzar siempre cuesta, cuando sientes que has perdido la lengua por haber  gastado las palabras después de tanto, tanto  tiempo sin pronunciarlas.  


Me quedé mudo en un mundo  lleno de groserías y leyes antirracismo.


No sé donde comenzar a dar las gracias;  ¡ay que son tantas las cosas que agradecer!
Quisiera a gradecer a todas las hormigas rojas que me picaron las piernas este año, sin ellas –sin lugar dudas-  no hubiese aprendido lo que es caminar con templanza y con paciencia. A los caminos largos  de tierra y a los gobernadores de mi nación que los dejaron así desde la época de los incas. A la tierra negra que produce tanta cosa  para comer. Suficiente como para no quejarse de hambre en el campo y en la ciudad. 

Quiero dar especialmente las gracias a toda esta gente que intenta callar  todas las voces de todos los tiempos y a todo el ruido de toda  una nación que no nace y no muere. Sin ellos, después de todo, sólo seríamos otro paisito de tercer mundo que colonizar, denuevo y otra vez y una más y otra más...


Dios tiene  la cara pálida.




Y las cosas siempre dejan de ser como cuando eramos jóvenes, libres... si es que alguna vez en verdad lo fuimos.