Un proyecto

- Eso es todo lo que necesitaba… un poquito de paz… hay cosas que me gustarían dibujar siempre. Una de ellas es esa sonrisa tan inocente y tonta que llevas en el rostro cuando alguien más te sonríe. Eres tan linda cuando te lo propones… y lo increíble es que la gente siempre confía en ti. Es raro… es como si todas las cosas que pasan por mi mundo, simplemente fueran un pedazo del tuyo… que flotan y delicadamente se depositan sobre tus dedos… que giran pero nunca se rompen… vos siempre supiste qué hacer para que no me rompa… pero nunca te lo propusiste, eso es lo malo.

- y mientras caminabas hacia mi, no me di cuenta de que llovía.






Hasta que me besaste.

II

Cigarrillos

Ya eran las dos de la mañana con veintidós minutos… cada segundo me llevaba hacia ese inevitable momento llamado amanecer… y con seguridad, no me agrada caminar a la luz del día. Y no es por que me siento alguien especial, no, no, no, nada de eso… es que simplemente me da miedo la luz de los primeros rayos de sol… son tan suaves… como hojas que caen sobre la piel, ciertamente son como una luz de luna ligera… pero me dan miedo, son como parte de lo mejor y lo peor del día, son como puñales que matan la comunión, ese lazo que se forma en mi vida con el humo de los cigarrillos, ciertamente el humo de color plateado se debilita por ese amarillo destino, ese amarillo que domina las cosas que no tienen dueño y nunca están seguras de la lluvia de verano… pero aún es muy temprano para decir algo más… la verdad es que aquí amanece a las cinco y media de la mañana y las estrellas aún brillan cerca de mi rostro… no es verdad, pero que bien suena eso…

Ligeramente y con la simpleza de siempre, busqué un lugar donde sentarme… al encontrar sólo unas gradas humedecidas y un bordillo desgastado por golpes, me decidí por el bordillo, justamente debajo de una lámpara de alumbrado público, el lugar más romántico que podía ver desde mi perspectiva… luces amarillas y blancas hacia las afueras de la ciudad y vapores que se elevan con sus hilos blancos hasta la inmensidad del eterno.

- yo morí, hace varios años ya. Si quisiera saber qué me espera, sólo debo llegar hasta el final de este camino… no queda mucho por recorrer… -el ultimo cigarrillo que más bien parecía un tubo raquítico y doblado con una luz delgada, roja e indudablemente viva - soy como una fotografía sobrentendida, no hace falta una explicación a mi vida…- una larga bocanada de humo se elevó hacia las estrellas mientras la lengua relamía los dientes para sentir el sarro que se formaba sobre las encías, ¿importaba? No lo sabía, lo único en que confiaba y tenía plena seguridad, era que ya no tenía más cigarrillos. Le impresionaba la idea, pero sabía que lo ideal no existe. – y a mi que tanto me importa, – dije, estaba pensando en esa vaga ansiedad que me llenaba cuando no tenía que fumar- sólo sé que no puedo hacer nada.


No, no me atrevo.


Y con un encendedor imposible, en un cigarrillo inexistente, escribí tu nombre a punta de estrellas y te fumé.

¡¡cómo nos cambia el clima!!

into the lost paradise!