lunes, septiembre 17, 2007

y así la noche no importa más

Oh, era una tarde que jamás he querido recordar...



Los pies en la tierra clavados yacen en medio de mis meditaciones moribundas de fe en la creación...

Cuervos cabalgan sobre mis huesos, y cavan mi carne con sus afilados picos...


Y yo sólo espero...

















La cacería empieza













Y con las balas y las alas que me han dado los demonios voy a matar a todas esas aves...




La media noche es la calle más ancha de recorrer cuando se tiene miedo.


-Espanta pájaros, asustas a mi presa...

-Reza por que no te alcance...

Y calla ahora en medio de mis huellas, calmo y risueño vengador del trigo y las llamas eternas de éter…

No hay de que alarmarse… los sueños a veces nos hacen esperar a las pesadillas, para esperar por el sonido de las montañas…


No es nada más que dolor en medio de las espinas y pensamientos sublimes en medio de las batallas interminables de mi mente.


Al amanecer del día siguiente, fue a cosechar las flores del jardín, y esperaba descubrir el secreto de las piedras en los ecos…


Para escarmentar a mí espantapájaros, le clavé las piernas y me comí sus ojos.

Condenado a velar por mi huerta y a esperar por las alas que le doy cada noche, cuando la cosecha está cerca, jamás será libre, jamás será liberado por mi mano, ya que es la misma mano que amarra la que está atada al espantapájaros.








Parte de mi la voluntad que nunca muere, la voluntad y la fe en al espera.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Miedo... Miedo... Lo he sentido y podría decir la fecha exacta (el día, el mes, la hora...) de mi peor pesadilla. Sabía que llegaría. Quise evitarlo. Pero era imposible...

Quisiera... olvidar.
Pero no puedo.
Y me condeno.

Un beso Polux.

PD: Y también quisiera encontrarte en el Msn.

Ligeia dijo...

Ni el más irónico de los cuervos hubiese imaginado en sus ratos de ocio tal extrañas circunstancias... Esto sucedió un día martes antes de que fuéramos siete. Después de arrancarme un ojo sólo por verla mientras dormía y darle mi única moneda a un duende, este me reveló que su novia sufría de ciertos arranques de sexopatía ¡moneda de la suerte! que hizo ver lo que sería mi real desenlace, después de firmar mi contrato con el duende para vigilar a su novia de cierto espantapájaros merodeador las 24 hrs del día sin pan ni agua, fui donde la joven Ligeia para comentarle sobre mi nuevo oficio, y esta feliz por mi éxito alcanzado dibujó una especie de estrella en mi frente, ya que por fin su incipiente cuervo tendría una vida próspera como un gran esclavo y con un salario como para hacer cantar un ciego...
No sólo podía espiar con gran propiedad y detenimiento con mi ojo restante, sino que además suplir con todos los actos amatóricos al pobre duende… Yo sabía algo que él evidentemente ignoraba y era dónde se encontraban ocultas esas ollas con oro que el duende tanto anhelaba para sus alforjas… Pero los negocios son negocios y si revelaba el lugar exacto, mi tan maravilloso trabajo y fortuna se verían truncados, y este acto de honestidad conmovió hasta el pellejo a mi dulce y novata Princesa que de tanto placer descarnado casi termina por arrojar mis huesos, no dejé de admirar por cierto su buen corazón, pues arrancaba de mis plumas con dolor y sentimiento…
Una noche cuando llegé temprano de mi trabajo tan bien remunerado, percibí en el ambiente un hálito extraño, a Piazola puesto en la vitrola y dos copas de vino en nuestra inmaculada catacumba…
“No creo” me dije y ante tales razonamientos de buena crianza dejé que me diera mi correspondiente arañazo, pero como no hay felicidad que dure mil años, noté algo extraño en los tan delicados gestos de mi amada Ligeia, sus colmillos no eran tan afilados y su maldad era menos siniestra ¿qué era “eso” que hacía que mi ama no me diera mis azotes correspondientes?
…“entré en crisis”…

No tardé en darme cuenta que Ligeia sentía un especie de atracción por un apuesto asesino en serie de exitoso prontuario… no pude soportar que fuera víctima por vez primera de cupido. Se pueden imaginar cuando se trata de competir con una eminencia de vasta categoría como lo era el amante de Ligeia experto descuartizador de almas… caí en una simpática depresión. Me dirigí hasta un psiquiatra chiflado, le pedí un consejo y este me recetó un par de pastillas y me recomendó una manipuladora noviecita con amplia experiencia en robo de marionetas…
Ahora somos siete, pero mañana quizás queden sólo seis, Ligeia no perdona que se comente de sus nobles actos, es demasiado sencilla para hablar de su obras de beneficiencia…

A moonclad reflection dijo...

Muy bueno....oscuro....lleno de claustrofobia...muy bueno...saludos

A moonclad reflection dijo...

jajajjaa....q comico,...te dejo un comment y veo q me llego un comment tuyo a mi blog en el mismo instante....jajaja

Libelula dijo...

Aquello.. se produjo y nada se pudo evitar.
Se solucionaba algo?
Impedir lo impedible?

Rafu dijo...

Tu lees los pensamientos, ayer entre a postearte cuando me dejaste un comentario. No pudo hacerlo porque mi computadora o mi conexión son una merde...

=P

Pero yendo al grano, el texto como todo lo que escribes siempre guarda un misterio. A mi no me dan miedo los espantapárajos pero no me gustaría llevarlos en las manos.

Un abrazo.

BLooDy RuTh dijo...

buen relato! =D

saludos sangrientos!!!! }=)

Polux dijo...

van dos personas que me dicen eso en esta semana.

no, son tres, y es hoy el fin de mi amigo el invierno

me duele el estómago..


no son esas malditas mariposas que dicen.


son esos malditos condimentos de la comida de hoy.


hahaha!


saludos, y un feliz primaveras si es que la quieren.

DREA dijo...

de mis pesadillas siempre me queda el sabor a miedo mas no la imagen ni la idea, no podría hacerles un retrato hablado supongo que es porque las vivo con los ojos cerrados.. y siempre me han gustado los espantapajaros con sus almas de pajas sus sombreros gastados y su capacidad de asustar a las aves aun con su incapacidad de hablar, gritar o moverse...

de las cuatro estaciones en teoría me gusta mas el invierno y del dolor de estomago ya me he habituado, casi tengo una maestria en el tema tristemente he aprendido a cargar con el es él, el que carga conmigo. pero tu no te acostumbres.

Laura Luna dijo...

El miedo es la ilusión grotesca del enemigo real :) La mejor manera de vencerlo es ir a por tu rival :)
Besos,
Mun