lunes, junio 09, 2008

Un puñado de polvo


III

- Los árboles brillaban llenos de fruta madura, al igual que nuestros ojos.
Dijo Julia Sagastegui Balcazar de Mayo con una gran sonrisa, mientras llevaba de la mano a Jemina, que caminaba en un interminable sueño de nubes grises, formas, sombras, cubos, esferas y conos. Sus pies se deslizaban ligeramente sobre las nubes, ninguna de las dos tenía miedo.
- Las cosas eran no eran de oro, no nos faltaba el sueño, no nos sobraba el tiempo para jugar como hubiésemos querido, pero éramos felices. No habían miedos ni secretos, las flores con sus coloridos pétalos, iluminaban las tardes y tornaban en rojos los azules y en verdes los amarillos…

Las horas pasan muy rápido, las noches no duraban nada ante sus ojos, la semana se escurría entre sus recuerdos y les costaba más pensar en los días pasados que vivir el nuevo día, no estaban cansadas, se sentían tan humanas como un par de líneas en el papel, ambas respiran, respiran, respiran…

- tengo un cepillo en el bolso, un espejito en el que veo mis ojos para maquillarlos, una pequeña libreta de direcciones, llevo el sonido de la luna en el pelo, llevo uno de mis dedos en la boca, tengo una mano con las uñas cortas y la otra con las uñas largas y mis ojos le recuerdan a mi padre las voces del pasado, entre mi madre y yo de niña. Es hermoso ver las tardes doradas de vida y los niños que juegan en medio de la calle, algo de música y el humo e un cigarrillo.
Es hermoso y mágico.

Dijo entonces Jemina, que ahora sonreía dijo con una luz que le brotaba desde el corazón que late fuerte al ritmo de su respiración emocionada.

- Llevo para mi madre el dinero de la fruta, quince con cincuenta centavos, quisiera que termine este año, pero este año era bisiesto, así que es un día más, llevo a demás la sonrisa del viento en el pelo y la gracia de la virgen en el alma, la bendición que reciben todos los niños al nacer, y también tengo las formas de las graciosas enredaderas sobre las manos.

Entonces en la lejanía nunca fue tan real como era hoy, y el plateado invierno describía una forma en el horizonte: el fin e la tierra

Entonces el hombre que estaba montado en un ala se levantó y sonrió hasta más allá de los abismos, levantando su sombrero de copa en una elegante caravana era un hombre que llevaba la luz en su rostro, un hombre que tenía los pies rojos como las patas de las palomas.

Y juntas cayeron hasta lo más profundo de la eternidad siendo una y otra a la vez,


- Recuerdo ese pasillo en el que jugaba, el mismo que daba al otro patio en que se apoyaban puertas viejas contra la pared, las piedritas que se envolvían en papeles de dulces para colgarlas en el nacimiento de navidad, mi madre costurando, mi madre cocinando, los conejos y las plantas… ningún aroma, ninguna luna. Tomar el baño en la tina, el sol en la espalda… no hay uvas que maduren con nuestras bocas, tampoco tejados que aguanten el peso de siete niños.





Fin

11 comentarios:

Polux dijo...

gotas de lluvia caen en mi pelo, y como caen
cantan.
o sonrien
o maldicen.

sólo quiero dormir.

A moonclad reflection dijo...

Muy bueno, Pol...deberias presentarlo en algun concurso....saludos

Tanhäuser dijo...

Un relato magnífico, sí señor.
Felicidades

Dinora dijo...

Ese hombre se llevó a una mujer-nube

Muy buenas las tres partes de tu relatos, muy simbólicas, plenas en figuras, todavía no estoy segura de haber comprendido...

Saludos a los que no les falta el sueño ;)

Rejog dijo...

cástor y polux...dos caras..una misma moneda...veo tu valor.

Manux dijo...

oye que fino jajaja me gusto y me dio risa por que yo escribi un relato y tambien termine con un
FIN... wuajaja
Saludos

Gittana dijo...

muy hermoso...

me hizo recordar algunas cosas...

creo que entro un poco de melancolía...

SÓLO EL AMOR ES REAL dijo...

Tus letras tienen tanta magia y esa magia viene de tu corazón de luz....Descúbrelo

Paz,

Isaac

tchi dijo...

«Las cosas eran no eran de oro...»

Eran o no eran de oro?

Bonitos circulos dibujas en cada ensayo que haces.

Abrazo.

Ruela dijo...

Muy muy bueno man,
thanks.

Polux dijo...

Y la pena continua sangrando, mas sin lamento.